Él amaba con ternura,
con pasión, en la paz y la guerra.
Me amaba con sueños,
en mi apatía y en mis alegrías,
entre risas y llantos.
Me amaba sin egoísmos,
con el corazón en sus manos
me ofrecía su vida
Cada beso era un ave
que se escapaba de la jaula
de su alma abierta solo para mí.
Aprendí a amarlo cuando supe
que el amor es un pasajero
que rompe el boleto en la estación indicada,
para nunca más subirse a otro tren.
Y esa vez, solo esa vez el tren
había parado justo frente a mis ojos,
y el boleto decía fin de la travesía.
2 comentarios:
Preciosos versos para dedicarlos a la persona amada.
Un abrazo Angi.
Rafael, gracias por estar siempre...siempre
mi recuerdo permanente por las horas compartidas y tantas noches de poesía
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