EN MEMORIA DE TU AMOR

EN MEMORIA DE TU AMOR
SIEMPRE EN MI CORAZÓN

NO SE COMO CAISTE ACA



lunes, julio 30, 2007

AUNQUE DUELA



Ámame aunque te duela, como me duele amarte.
con ese dolor que aflora de las entrañas,
se padece en los huesos, quema la carne
y fluye ardiente por las venas hasta tensar las arterias,
ese dolor que estalla en las sienes.

Ámame aunque duela tanto…tanto…
que no puedas vociferar…ni llorar…
que la aflicción te deje mudo
y solo puedan tus manos gritar de dolor
aferradas a mi cuerpo sediento del tuyo,
que tus labios húmedos, acongojados,
buscando saciarme apenas murmuren mi nombre agónicamente,
y tu sexo…ah tu sexo,
exhausto caiga irredento entre mis muslos,
barrotes de la cárcel de mi carne dolorida
y a la vez gozosa de tanto placer.

Ámame aunque te duela el cuerpo…el alma,
sin piedad por ti mismo como yo no siento piedad por mi
que sufro en esta loca batalla
donde celos…pasión…ansiedad…desenfreno
combaten a diario quitándome el sueño,
cada vez que tu cuerpo se desprende de mi cuerpo
como hoja arrancada por el viento,
cada vez que la duda me aniquila
y los temores me abrazan llenando de espinas el alma.

Placer…dolor…euforia…melancolía…
torbellino de sentimientos, de sensaciones
que nos envuelven enlazados al amor.
Ámame aunque te duela hasta lo más profundo del ser
aunque sientas que mueres como yo muero
de tanto amarte sin medida ni indulgencia,
sin razón, hasta el desvarío de no saber ya quien soy
olvidando que existe otro mundo que no eres tú.

Angela Teresa Grigera

Imagen tomada de internet



miércoles, julio 11, 2007

FRÍO INCOLORO




Todos sus besos fueron amargos clavos de marfil lastimando mis labios, perforándolos hasta sangrarlos y desangrarlos lentamente dejándolos secos, resquebrajados como tierra sedienta. Cada uno de sus besos húmedos, fueron ácido vertido lentamente, desintegrando mi lengua hasta quedar muda.
Cuando se secó mi boca y quedó en mi rostro una mueca patética, sus manos acariciaron los restos de mis labios, una piel morada hecha añicos se desprendió en pequeñas escamas y quedaron adheridas a la yema de sus dedos. Llevó sus dedos a la boca y comenzó a lamerlos vorazmente saboreando hasta la última gota dulce que le ofrecí antes de hundir mis dientes en su corazón convertido en hielo y comérmelo a pedazos, mientras las astillas frías helaban mi sangre.
Desde entonces nunca jamás volví a sentir sabor dulce en mi boca, desde entonces solo una triste mueca simula una sonrisa detrás de unos labios ajados, secos y por mis venas corre un río frío e incoloro, es por eso que mis labios se ven tan lívidos, mi corazón casi no late por lo que a veces no sé si estoy viva o muerta.
De él, solo sé que sin corazón deambula en la oscuridad, me han dicho que lo han visto lamiéndose las yemas de los dedos como un desquiciado y que de sus pestañas cuelgan lágrimas azules. Pero no creo en las fantasías de la gente, él nunca supo lo que era una lágrima, es más jamás creyó en mi llanto, lo que sí creo es cuando dicen que en su costado izquierdo hay un hueco, ese vacío pertenece a su corazón y ese corre por mis venas convertido en un líquido gélido y transparente que pone lívidos mis labios.
Angela Teresa Grigera
La imagen es tomada de internet