
Ámame aunque te duela, como me duele amarte.
con ese dolor que aflora de las entrañas,
se padece en los huesos, quema la carne
y fluye ardiente por las venas hasta tensar las arterias,
ese dolor que estalla en las sienes.
Ámame aunque duela tanto…tanto…
que no puedas vociferar…ni llorar…
que la aflicción te deje mudo
y solo puedan tus manos gritar de dolor
aferradas a mi cuerpo sediento del tuyo,
que tus labios húmedos, acongojados,
buscando saciarme apenas murmuren mi nombre agónicamente,
y tu sexo…ah tu sexo,
exhausto caiga irredento entre mis muslos,
barrotes de la cárcel de mi carne dolorida
y a la vez gozosa de tanto placer.
Ámame aunque te duela el cuerpo…el alma,
sin piedad por ti mismo como yo no siento piedad por mi
que sufro en esta loca batalla
donde celos…pasión…ansiedad…desenfreno
combaten a diario quitándome el sueño,
cada vez que tu cuerpo se desprende de mi cuerpo
como hoja arrancada por el viento,
cada vez que la duda me aniquila
y los temores me abrazan llenando de espinas el alma.
Placer…dolor…euforia…melancolía…
torbellino de sentimientos, de sensaciones
que nos envuelven enlazados al amor.
Ámame aunque te duela hasta lo más profundo del ser
aunque sientas que mueres como yo muero
de tanto amarte sin medida ni indulgencia,
sin razón, hasta el desvarío de no saber ya quien soy
olvidando que existe otro mundo que no eres tú.
aunque sientas que mueres como yo muero
de tanto amarte sin medida ni indulgencia,
sin razón, hasta el desvarío de no saber ya quien soy
olvidando que existe otro mundo que no eres tú.
Angela Teresa Grigera
Imagen tomada de internet